Escorca no cuenta con largos arenales, pero las transparentes aguas que bañan los acantilados de su abrupta costa guardan secretos que cautivarán a los amantes del buceo.

Allí donde rompen las olas, encontraremos las primeras muestras de la fauna marina que habita este litoral rocoso: pequeños caracolillos negros (Littorina sp.) que forman grupos fuertemente adheridos a las fisuras o cavidades de la roca; lapas (Patella sp.) que llegan a grabar un agujero que se ajusta perfectamente a su contorno y que las permite cerrar herméticamente y retener la humedad; o las cochinillas (Ligia italica) que se mueven rápidamente, pastando y alimentándose en estas zonas.

Más allá, encontraremos raspallones (Diplodus annularis), morrajas (D. vulgaris), doncellas (Coris julis), tordos (Symphodus sp.) o pejeverdes (Thalassoma pavo).

Recuerde que en verano el tráfico de embarcaciones puede ser intenso, tome las medidas adecuadas para una inmersión segura.

Las localizaciones que se muestran en el mapa son algunos puntos de inmersión interesantes. Para llegar es necesaria embarcación. No obstante, desde la misma orilla pueden observarse bastantes especies.